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De momento he estado en la parte positiva, en quererme, en asumirme cuando no podía hacer otra cosa, en decir "esta soy yo".
Cuando pienso que ya he llegado al final me doy cuenta que apenas me conozco.
O más bien debería decir que no he ponderado bien las cualidades que me adornan, entendiendo como cualidades las buenas y las no tan buenas.
Creo que la diferencia radica simplemente en que, aunque ya sabemos como somos, lo que no sabemos es cómo influye eso en nuestra vida.
Cuando te das cuenta de que las historias se repiten, que siempre te pasa lo mismo, que todos tropiezan contigo en la misma piedra, que siempre te dan en el mismo lado, ... quizás ha llegado el momento de pensar si la que está cabeza abajo eres tú.
Puede ser porque hay algo de ti que muestras a los demás y que ni siquiera eres consciente que está gritando "eh! estoy aquí". Y no entiendes porqué ahora, porqué ayer y antes de ayer, y porqué posiblemente mañana tu vida es un eterno deja vu.
Tomar conciencia de que posiblemente no es el mundo el que está "equivocado" sino una misma es posiblemente uno de los golpes más duros que se pueden recibir y conlleva plantearse seriamente si se quiere cambiar o no.
¿Se puede cambiar? Si me respondo que no estoy avocada a seguir igual eternamente. Si me respondo que sí, ¿me estaré engañando? ¿me llevará cada respuesta a una nueva pregunta?
¿Cómo cambiar una actitud, una forma de ser? ¿Cómo superar aquello que durante toda la vida te ha acompañado como parte de ti misma? ¿Cómo arrancar lo que está pegado a tu ser sin dejar de ser tú?