martes, 31 de agosto de 2010

proyectos


De mis días de vacaciones traigo la maleta llena de ilusiones y proyectos.


Ver una aurora boreal, no más tarde de 3 años, para ello cada mes ahorrar 100€, y así no olvidar que tengo un sueño.


A más corto plazo, aprender a mirar y, para comprobarlo, comprarme una reflex digital y salir a disparar (se admiten sugerencias con el modelo).


Preparar un menú semanal, sencillo, pero del que no se quejen en casa, aunque yo tenga que prepararme otra comida, cuando controle las recetas semanales pasar a quincenales, hasta ampliar mi registro culinario.


Apuntarme a un curso de escritura (Athena hablamos de ese que sabes a ver si puedo).


Disfrutar de mis hijos, entenderles, que me entiendan, bueno eso es más complicado, jugar con los niños cada día un rato.


Mejorar mi relación de pareja, salir con él al menos una vez al mes, tener un ratito a solas para los dos.


Ponerme en forma, ir al gimnasio 3 días a la semana.


Cultivarme un poquito, leer, escuchar música e interpretarla, dibujar.


¡Ah! y no olvidarme de añadir 10 horas más al día para poder hacer todo.

jueves, 26 de agosto de 2010

¿quien soy?


Mujer, morena de pelo, clara de piel, ojos verdes, 1.65, ¿inteligente? ¿atractiva?... sí, pero como muchas otras, realmente no, yo no soy esa.

Tímida, introvertida a ratos, chistosa a mi manera... no, ese es el resultado de una vida, pero no soy yo. Bueno, me quedo con el sentido del humor.

Tocapelotas sin mala intención... sí, me voy acercando.

Curiosa que no morbosa, con afán de conocer, donde aprender es crecer y se convierte en más que un placer... vale, vamos entrando.

Amante de muchas cosas, artista de pocas, pero sí de algunas....

Observadora de interiores, analista de almas, ...

Maestra en reconocer emociones, alumna perezosa para expresarlas....

Soñadora de auroras boreales, de rutas amazónicas y paisajes africanos... Vale, hasta aquí vas muy bien.

Generosa cansada de serlo, sonrisa convertida en mueca, espejo de tus incoherencias, ... ya vuelves a lo que no eres, eso no soy aunque a veces me muestre así.

Resumiendo, centrando, generalizando, simple y complicada en función del día, amiga de mis amigos, olvidadiza, fuerte y sensible a la vez.

viernes, 13 de agosto de 2010

Todo me da igual


Este va a ser uno de los post por los que nunca podré ir a una kedada bloguera.

Buscaba la causa de mi enfermedad, pensé que de alguna manera yo me la había producido, debido tanto a los malos hábitos alimenticios, escaso deporte, etc., como a los malos hábitos de mi pensamiento. Pero no entendía porqué me había querido enfermar, porqué el intestino, tantos porqués.

Mis vacaciones especiales han sido así, especiales, con un grupo de gente muy diferente, buena gente, pero caray... y con otra persona que me ha ayudado en el proceso de entender el porqué.

Tras una semana trabajando lo que venía a mi cabeza, mi infancia, mi encontronazo de cara con la muerte, mi pasado más inmediato, la respuesta a venido a mí como quien no quiere la cosa.

"Todo me da igual".

No he tenido una infancia horrible de padres maltratadores, pero tampoco la he vivido feliz. He sentido la ausencia de mi padre, aunque estuviera en casa, cuando estaba. He sentido su no saber qué hacer con mi hermano y conmigo. Ha sido duro recordar el día que entre bromas hablábamos de sexo, cosa rara en casa, y me dijo que yo era el resultado de una mala marcha atrás. O cuando me contó, siendo yo una niña, que lo primero que dijo cuando me vio nada más nacer es "qué fea es". Y ese es sólo el comienzo de cómo él ha entendido su paternidad y yo lo he vivido. Parecen tonterías pero cuando lo recibes siendo niña o adolescente te marca, o al menos a mí me marcó.

He recordado mi infancia queriendo ser chico pero siendo chica, siendo el papá en los juegos de mamás y papás, dejando las muñecas de lado y tratando de jugar con los coches y soldados de mi hermano. Pero yo era demasiado pequeña para jugar con él y me tuve que hacer a un lado. Crecí siendo hija única aunque tenía un hermano. Crecí negando mi lado femenino porque lo creía débil.

He recordado los días de colegio en los que fui durante años la tonta de la clase, con lo que ello supone, y yo me lo creí. También a aquella profesora que me dijo que porqué seguía estudiando si yo nunca llegaría a nada. Lo curioso es que nunca tuve ganas de restregarle mi título por la cara, aunque hubo quien me lo aconsejó, pero yo pensaba ¿para qué?.

Y sin ir tan atrás, cuando me casé y mi pareja sólo quería tener relaciones para tener hijos y fuera de ahí pasaba de todo y me llamaba "salida". Una vez cada muchos meses le parecía suficiente. Cuando mis suegros quisieron quedarse con mi hija porque yo ya tendría más y ellos nunca tuvieron una hija. O en el trabajo, o...

El problema es ¿porqué narices he permitido todo eso?

¿Porqué?

De un tiempo a esta parte he comenzado a poner las cosas en su sitio. En mi trabajo me hago respetar, mis suegros están en su casa, yo en la mía y mis hijos son mis hijos, no los suyos. Mi marido ha descubierto que ya no me hace daño y que él no es el único en este mundo. Ya sabe que tengo ojos para ver, boca para hablar y besar y cuerpo para acariciar y ser acariciado.

Y cuando todo se estaba arreglando aparece mi enfermedad. Soy consciente de que no ha venido de repente, ya estaba ahí. Es el resultado de tanto tragar y me repito ¿porqué?

Si se observa la herida que tengo de la operación parece el resultado de un harakiri y así es como lo siento ahora. Por fin me he percatado del lento y progresivo envenenamiento de mi cuerpo y de mi alma.

El porqué ha llegado, suavemente, como una brisa, dulce y amargo a la vez.

Y es que hasta hace poco "todo me daba igual". Me daba igual vivir que morir, me daba igual mi familia, me han dado igual mis hijos, me ha dado igual que me trataran con respeto o no, y cuando ese "me da igual" es tan profundo que llega al fondo de tu ser, tu cuerpo se desconecta, no quiere sentir más. Y ese no sentir los demás lo notan, y ese me da igual que tú ni intuyes abofetea a los que tienes al lado.

Por primera vez he sentido a mi alrededor una coraza de varios centímetros que me toca ablandar y romper para volver a sentir, y volver a ilusionarme.

Y sí, estas vacaciones me han servido para saber porqué estoy enferma , porqué en el centro de mi ser, y para ver que ahora mismo "no me da igual" estar así, que quiero sanarme completamente y vivir la vida que me quede libre y plenamente.

Han sido momentos especiales, de luz y de dolor, pero sanadores.

Ha sido mi punto de inflexión consciente en mi proceso y en mi vida.

Ahora toca cambiar las cosas. Mi exterior ya ha cambiado y eso está bien, pero ahora le toca el turno a mi interior.
Me toca desandar tantos kilómetros entre zarzas, emocionarme, sentir y al fin recuperar mi esencia.

Cosas sencillas a hacer, recuperar todo lo que me da placer y me lo he negado: tocar el piano, me gusta la música, comienzo a pintar, siempre se me dio bien, elijo libros que me emocionan, paso ratos jugando con mis hijos y los disfruto, soy más cariñosa con mi pareja (él también tiene su historia) y está respondiendo, avanzando.
Otras cosas, ponerme metas y cumplirlas o al menos dar los pasos para que se cumplan. Siempre he querido ver una aurora boreal, me doy de plazo 3 años, tiempo para que crezcan algo más los niños, pero no más, voy a empezar a hacer por mí lo que he esperado que otros hicieran.

Y bueno, poco a poco, pero sin pausa, en busca de mi yo escondido, en busca de mi alma. Y si tengo que sacar a la artista que un día se marchó la sacaré aunque sea de los pelos, y si tengo que reivindicar mi lugar lo haré sea a gritos o en silencio, y si tengo que decir no... pues simplemente diré no.

Retomo mi poder, el que se me dió cuando nací y tan inocentemente cedí a los demás.

El espejo


Con lo que nos puede llegar a gustar mirarnos en el espejo y lo poco que nos gusta ver lo que el otro refleja de nosotros, porque resulta que todas aquellas cosas que nos molestan de los demás no son sino reflejos de nuestras miserias y compañía.

Alguien a quien conozco hace poco pero valoro bastante ha comenzado a hacer comentarios más o menos sutiles sobre lo que hago, lo que siento, lo que vivo y a comparase con ella misma, yo no necesito eso, estoy por encima de eso otro, eso que te pasa a tí le pasa a todo el mundo, de qué te quejas tú, yo estoy a otro nivel.

Y sí me ha tocado los cojones, los que no tengo.

Podría ver en ella su deseo de ser más, su necesidad de subir a costa de bajar a los demás, su propia debilidad. Incluso podría ser positiva y reconocer sus ganas de quitar hierro a las cosas y ayudar. El caso es que aunque veo de todo un poco me revienta no ver su empatía, su cercanía, su estoy contigo.

Sin embargo creo que debería estarle agradecida, no por lo que dice sino porque en realidad con eso me doy cuenta de cuánto camino me queda por andar, de lo susceptible que soy, de mis punto débiles, de cómo reacciono cuando siento que me pisan o me desprecian o simplemente no me comprenden.

Debería estar agradecida porque me da la oportunidad de trabajar todo eso, de hacerme más yo y menos condicionantes.

Debería estar agradecida, y lo curioso es que sí que lo estoy, pero como se suele decir "jodida y agradecida".

En fin, a ver si me trabajo más mis debilidades y dejo de quejarme de las de los demás.

jueves, 12 de agosto de 2010

Energía y fuerza


Y es en la fuerza de los elementos donde reside mi propia fuerza. Es en la unión de la materia y la energía donde encuentro mi origen, donde descubro que no soy más que un poquito de ti con variaciones mínimas. Donde puedo hacer que callen los perros asustados de la noche sólo con mis pensamientos y donde reconozco que soy, fui y seré ahora y siempre.

domingo, 8 de agosto de 2010

De nuevo caperucita

foto sacada de internet

¿Quién dijo que la abuelita ya no estaba?. ¿Quién dijo que los cuentos no existen?

Dicen que la abuelita es sabia, que le puedes preguntar cosas, que es tierna pero no se anda con tonterías, así que yo me he ido en busca de la abuelita.

Cuando la conoces lo primero que hace es contarte un cuento lleno de imaginación, es su primer regalo, mientras la escuchas imágenes fantásticas, luces de colores, mundos diferentes pasan por delante de ti, y te encuentras inmersa en su mundo de fantasía.

A mí en su cuento me llevó por una casa donde al bajar las escaleras una puerta semiabierta mostraba una habitación de color rosa, pude entrar pero lo dejé para otra mejor ocasión, tenía algunas cosas de las que hablar con ella.

De lo que hablamos y lo que comentamos, eso queda de momento en mi intimidad.

Lo bueno de la abuelita es que cuando te vas a casa descubres a la mañana siguiente que en tu bolso hay unas gafas nuevas aunque de usar y tirar, es otro de sus regalos. Con algo de sorpresa me las puse y salí a contemplar la naturaleza que me rodeaba. ¡Qué regalazo!

A primera vista todo parece igual pero cuando te detienes y observas los detalles descubres la vida que pasa delante de ti y normalmente no aprecias.

Yo pude disfrutar de los colores de las hojas, de los frutos, la armonía de cada planta.

Pude ver, no una hormiga corriendo sino todo un conjunto yendo, viniendo, cada una con su ruta. Todas de un sólo vistazo.

Observé el volumen de la copa de los árboles, las hojas de delante, las del medio y las de atrás dibujando un espacio.

Me maravillé con la textura de los troncos, de las hierbas.

Pude ver con los ojos de un artista.

Y todo ello resultó ser el mayor canto a la vida escuchado nunca.

Ahora entiendo porqué caperucita iba a ver a su abuelita cada día, aunque para ello tuviera que pasar el bosque y enfrentarse al lobo.

Gracias abuelita, algún día te iré a ver de nuevo, se me ha hecho muy corta esta visita y tenemos mucho de lo que hablar.

 
El blog de Francesca. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino