viernes, 24 de junio de 2011

quieta parada?



Si tuviera que representar en una gráfica mis estados de ánimo se parecerían mucho a las montañas que dibujan los niños, a los dientes de sierra, o quizás sería aún más similar al electrocardiograma de los hospitales de las películas, una línea base y unos picos altos.

Mi estado general es bajo, muy bajo, estoy en un momento en el que si algo parece que puede salir mal, no te preocupes, saldrá peor. Tengo una sensación de "quédate quieta y no lo fastidies más", impresionante. Y en mitad de mi vacío aparecen sucesos aislados que me llevan a la cumbre, me hacen olvidar el día a día y me transportan al paraíso (bueno, bien, un poco exagerada pero al fin y al cabo es una forma de contarlo).

Hay varias cosas que he aprendido en este tiempo atrás e intento aunarlas de alguna manera para poder salir de este estado.

Una es que todo pasa, que nuestra vida es cíclica, que puedes estar arriba y algún día estarás abajo y viceversa, pero nada es permanente, por suerte. Ahora estoy abajo pero sé que saldré de esta.

Otra es que la inmovilidad me mata, la forma de solucionar las cosas que en mi caso sale bien es la acción no es la inmovilidad pero lo que me pide el cuerpo es quedarme quieta. Si me quedo quieta dejo mi destino en manos del idem o de los demás, pero no soy yo la que lo construyo y eso no suele empeorar las cosas.

La tercera cosa que he aprendido que tiendo a meterme en juegos imposibles como el de ahora, mi cuerpo me pide quedarme quieta, parada, callada y mi experiencia me dice que eso sólo me empeora. Trampas, soy especialista en trampas, pero por suerte ya las voy distinguiendo.

Otra cosa que he aprendido es que cuando uno decide hacer algo, el resultado puede ser una auténtica catástrofe pero la decisión estuvo bien tomada porque en ese momento cada uno elige lo mejor que podía elegir o que sabía elegir y aunque ahora lo hiciera de otra manera porque sabe más cosas la decisión era previa a este momento.

Ayer hablando con una amiga me decía que ella llegó a la misma conclusión en Port Aventura. Tenían que elegir en qué fila ponerse para entrar a algún sitio o coger entradas, y se decidieron una. Al cabo del rato vieron que era la otra la que corría más, pero eso lo supieron después de elegir, no antes. Es una decisión intrascendente pero hay otras más importantes y ocurre lo mismo.

Y eso es todo por el momento.

jueves, 16 de junio de 2011

Y ahora?



Hoy en el trabajo faltaba uno de los jefes, con el que más he trabajado desde hace varios años, y no he podido evitar escuchar una conversación que ha tenido con otro cuando ha regresado. Hablaban de médicos, de seguros médicos, de operación, de tener que esperar 8 meses, de que antes van los casos de cáncer, de aparato digestivo, de recuperación lenta y operación complicada...

Y enseguida me he quedado preocupada, ¿operación? ¿aparato digestivo? ¿recuperación lenta? todo eso me suena demasiado. Mi primer impulso ha sido... Oh Dios mío, qué le pasa, ¿está enfermo? ¿lo tienen que operar? si puedo hablaré con él y le preguntaré qué tal va y cómo lo lleva.

Esto ha durado unos 5 minutos, al cabo de 5 minutos me ha venido a la cabeza que en los 8 meses de baja no me llamó una sóla vez, ni un correo electrónico, ni un qué tal. Ni cuando estuve ingresada 3 semanas en el hospital, ni cuando me operaron, ni cuando me dieron el diagnótico de tumor, ni nada de nada.

Y he empezado a recordar que desde que he regresado y especialmente ahora en verano no me está encargando ningún trabajo, intuyo que porque otro jefe les ha dicho a los demás que este año me dejen un poco tranquila (mi trabajo en verano puede ser bastante duro). Pero eso le ha debido cabrear y me ha dejado de hablar, únicamente me contesta a algunas de las cosas que pregunto mientras enarca las cejas en plan "y tú que quieres?".

Me sigue dando pena pero ahora está la cosa entre pena y rabia y no puedo evitarlo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Los sueños... sueños son...



Hace poco me despedí de él, me dijo que soñaría con el entorno, lo que no me dijo es que soñaría con él.

Aparece en mitad de mi sueño como lo haría cualquier amigo, sin brusquedad, y simplemente hablamos, de nada transcendente, creo, pero veo que estoy a gusto y él también.

Igualmente está en medio de otros sueños pero no lo veo, sin embargo sí que siento que está ahí. 

Supongo que poco a poco volveré a no recordar ni siquiera si he soñado algo, pero mientras tanto lo siento a mi lado y estoy bien.

No quiero pensar si él habrá soñado algún día conmigo... vaya, ya lo he pensado.

martes, 14 de junio de 2011

Sé tú misma, ...si es que puedes.

¿Y quién soy yo? 

¿Alguien tiene la respuesta a esta pregunta?

¿No es lo que todo el mundo se plantea alguna vez en su vida y se da cuenta de que no tiene respuesta?
Si no sé quien soy ¿cómo voy a ser yo misma?

¿Acaso somos inmutables, permanentes, lineales?

¿Cuántas veces hemos deseado ser de otra manera? 

Si siempre somos nosotros mismo ¿Cómo vamos a poder cambiar si así lo deseamos?

¿Tenemos que negarnos ser como queremos ser sólo porque no seamos así? 

Un día me apetece ser simpática, otro día ser una borde, otro día impasible, otro extrovertida, otro una artista, otro una mística y otro una puta. 

Lo haré o no lo haré pero ¿tengo que dejar de ser lo que me apetezca simplemente porque yo no soy así?.

Y si soy yo misma ¿no  me estaré limitando a una sóla realidad? 

Aunque da para más, después de meditarlo te doy la razón, es una absurdez esa frasecita.

domingo, 12 de junio de 2011

Te quiero... no es tan difícil.

El otro día me sorprendía porque el tema de conversación era sobre si los padres/madres nos habían dicho lo que nos querían.

Me sorprendí al ver que dos mamás de más de 40 años hablaban de que sus padres nunca les habían dicho que las querían, y yo me sorprendía.

En un ambiente completamente diferente otra amiga de treintaymuchos decía que el otro día por primera vez su padre le dijo que la quería y estaba alucinando. Y yo seguía sin poder creer lo que oía.

A mí mis padres sí que me han dicho que me quieren. Otra cosa es lo que piense yo de eso.

Mujeres hechas y derechas preguntándose si sus padres las quieren, o las han querido, o no, o sí pero no han sido capaces de decirlo.

Y entonces llegó el momento. Estaba con mi hijo de tres años antes de dormirnos y lo abrazaba mientras le decía "te quiero mucho" y él me contestaba entre susurros "yo también te quiero". Era un momento ideal cuando se me ocurrió preguntarle si sabía que papá también le quería mucho y su respuesta me dejó helada, "no", me respondió.

- ¿No sabes que papá te quiere mucho?.

- Papá no me quiere.

- ¿Porqué piensas eso?.

- Porque nunca me ha dicho que me quiere.

Enseguida me acordé de mis amigas, casi 40 años después ellas siguen pensando lo mismo que mi hijo. Y supongo que algunas con 80 seguirán pensando que su padre nunca les dijo que las querían.

Llamé al padre de la criatura y le conté lo que pasaba y entonces mientras el peque se tapaba la cara con las manos su padre le hacía cosquillas y le decía que le quería mucho.

Hemos hablado de eso los dos, y de la necesidad de que les diga que les quiere a los niños, porque en realidad es así pero ellos lo único que ven son los malos modos cuando está cansado.

No le he preguntado si alguna vez sus padres le han dicho que le quieren, me imagino la respuesta.

Si nos paramos a pensar lo poco que cuesta sentar a un niño en tu regazo, abrazarlo y decirle que le quieres, y lo mucho que se arrastra cuando eso no se hace...

Sólo quería dejar aquí esta reflexión.

jueves, 9 de junio de 2011

¿y si...?


Hoy le decía a alguien que me encantaría que me apasionara la política y meterme en un partido a muerte, pero no es así. Y quien dice la política dice cualquier cosa.

Aunque ya lo había oído hoy creo que me he dado cuenta de que igual se trata de asumir, no me gusta esta palabra pero es la que más se acerca, como soy, o como actúo, o que mi forma de ser es la de la no pertenencia a nada en concreto y a todo en general.

Hoy he podido descubrir que hay cosas que me apasionan pero no para toda la vida, durante un mes, un día, un año o más, pero no para toda la vida. Puedo meterme a aprender a coser con la misma pasión que podría estar jugando a las cartas, o realizando acciones de salvamento, pero esa pasión se apagará un día.

La pasión por la foto..., me gusta la fotografía, pero poco a poco se va diluyendo, hasta el día que haga un curso, o algo, que tenga más tiempo o esté más aburrida y vuelva a apasionarme. Esto me ha desestabilizado muchas veces. Me recuerda la típica frase "aprendiz de mucho, maestro de nada" y yo me veo ahí reflejada y a día de hoy no lo acepto.

¿Y si mi verdadera pasión fuera aprender?, no importa tanto el qué, ni donde, ni con quien, ¿y si fuera aprender no sólo cosas sino aprender de la gente nueva, observar y empaparme de toda esa novedad?
¿Y si me estuviera dando de cabezazos por ser como se supone que tengo que ser y simplemente no acepto que yo soy una persona elástica que se puede adaptar a muchos ambientes y no pertenecer a ninguno? ¿Y si no fuera capaz de aceptar que no pertenezco a ningún sitio realmente?

Son muchas preguntas que se agolpan en mi cabeza y las respuestas de unas acaban luchando contra lo que puede o debe ser.

Hoy, por fin, he entendido mientras conducía, qué suerte tener coche, que no me paro a ver lo que la vida me ofrece, sino que quiero que la vida me ofrezca mis anhelos por muy inalcanzables que sean.
No se trata de que la vida me de o no me de lo que necesito es que la vida me da lo que puede darme y yo me frustro cuando lo que me da no alcanza.

O peor aún cuando me lo da y yo necesito que lo mantenga en el tiempo y no es posible porque han sido tiempos de gracia, limitados, bellos, intermitentes y pienso que esos tiempos de gracia deberían ser tiempos corrientes y no es posible.

Frustración en mi cabeza.

Hoy ha sido un día de pensar y pensar, de llorar, de despedidas.

Voy a intentar sacar en estos días todo lo que llevo y posiblemente cerraré una etapa con lo que ello suponga.

sábado, 4 de junio de 2011

la sabiduría del cuerpo.


Ayer descubrí que no es casualidad que normalmente no vaya maquillada, ni que no use cremas normalmente y las que uso las dejo a mitad.

Que tampoco es casualidad que cuando estoy en plena crisis alérgica rechace colirios y gotas para ojos y nariz porque no me hacen nada o me sientan mal.

También entendí porqué mi recuperación tras la operación fue tan desastrosa y porqué tras la operación sentí que había perdido capacidad para pensar y hacer cálculos. Y porqué mi cuerpo y mi mente me decían que no podía volver a pasar por otra operación.

Y es que el cuerpo es sabio y deja de lado aquello que no le sienta bien.

Esta semana me hicieron unas pruebas alérgicas porque no me sentaban bien las gotas oculares cuando estaba con la alergia al platanero, es más, me las ponía y empeoraba. Los resultados han dicho que soy alérgica al Timerosal, un conservante y antiséptico que contiene mercurio. Es llamado de muchas más formas que no vienen al caso.

En el papel que te dan pone que el timerosal está presente en:

- vacunas: debido a mi alergia soy candidata a vacunarme de gripe, llevo dos años que me niego a vacunarme. No es casualidad. Ahora me da pánico vacunar a mis hijos si la vacuna lleva este compuesto.

- cosméticos: cremas hidratantes, máscaras, sombras de ojos, desmaquillantes... no me maquillo más que en contadas veces y odio desmaquillarme por la sensación que se me queda después en la piel. Dejo mis cremas a medias, no me pongo potingues de ningún tipo. No es casualidad, ni es que sea descuidada, ni poco presumida.

- antisépticos preoperatorios: vaya por Dios, a ver si va a ser esto por lo cual mi recuperación fue un calvario.

- Preparados oculares: solución de limpieza de lentillas, por suerte no llevo,  gotas para ojos y nariz utilizadas para las alergias: la causa por la que fui al médico.

- Productos de higiene personal: limpiadores sin jabón... conste que me lavo pero la piel siempre la tengo seca y sensible.

- y otras cosas más...

No es casualidad, no, todas estas cosas las rechazaba inconscientemente pero realmente me estaba protegiendo.

El problema que dan es que el mercurio se disocia y se puede ir a diversas partes del cuerpo, afectando al sistema nervioso, intestino (vaya qué casualidad que me operaran del intestino), riñones, hígado y cerebro...

Hablan que si el problema es por el mercurio, todo aquello que contiene mercurio puede estar afectando al organismo e intoxicándolo. Hablan de las amalgamas de los dientes (yo aún tengo algunas de las antiguas), que pueden producir una intoxicación en el organismo y llegar a diagnosticar a una persona de fibromialgia cuando realmente no lo es... ¿vendrán de ahí mis dolores articulares constantes, y algunas otras cosas más?

Lo único que me calma es pensar que para bien o para mal todo lo que refiero a los médicos mientras me miran con cara de "esta está alucinando, es una histérica", todo se confirma, antes o después.

Otro punto más a mi favor para creer en mí y en mis sensaciones.

Cada día me sorprendo más de la sabiduría del cuerpo.
 
El blog de Francesca. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino