lunes, 30 de noviembre de 2009

Mi punto G

He decidido descubrir mi punto G y, dado mi carácter investigador, voy a ser minuciosa en la tarea.

Comenzaré por mis pies y subiré hasta encontrarlo.

Me gusta cuando me toco los pies, meto mis dedos en todos los espacios que encuentro, aprieto, acaricio, nada… Quizás esté más arriba, todo es cuestión de paciencia. Me unto bien de crema y comienzo a dar masajes por las piernas, me detengo en cualquier sitio que tenga la más mínima reacción. Encima de las rodillas, ay, no , eso son cosquillas, en la cara interna de mis muslos, uhmmm, bueno, si subo un poquito parece que es placentero, pero no lo suficiente.

En las manos y los brazos. Tres cuartos de lo mismo. Las caricias leves apenas perceptibles son increíbles pero… no.

Iremos a algún sitio más sensual, los pechos, pruebo a acariciarlos, estrujarlos, aplico hielo, doy calor, sintonizo los 40 principales y onda 0, pero nada, no funciona.

Habrá que centrar el tema, quizás el ombligo, esta vez con una pluma, con un guante de crin, con un ratón de ordenador… por probar que no quede.

Quizás esté en la espalda, me sitúo en el marco de la puerta y me contorneo mientras las aristas acarician desde la nuca hasta las nalgas. Si está ahí hoy no lo siento.

Estoy bastante decepcionada, quizás haya información en internet. Siiiiii, estaba un poco desorientada pero ahora que lo sé parece fácil. Sólo hay un problema, es necesario ser contorsionista o precisar de ayuda. Me decanto por pedir ayuda por eso que cuatro ojos ven más que dos.

Comencemos, ni muy cerca ni muy lejos, imagina un reloj, busca la una, sí, por ahí debe de estar, arriba…. Abajo… arriba…izquierda… derecha, puf, golpecito suave, ligero vaivén… ay, ay, ay, nada. Tampoco lo encuentro.

Pues va a tener razón un antiguo profesor que decía que el punto G de las mujeres está en la cabeza. Sí, eso lo explicaría todo.

No lo encuentra cualquiera, sino el que te hace sentir llena, el que reconoce en ti a la mujer que eres, el que sin tocarte te pone el vello de punta., Ahí, síiiiiiiiiii.

No, no vale cualquiera, ojalá.

4 comentarios:

Sofía B. dijo...

¿Ojalá valiese cualquiera? ¿entocnes que mérito tendría?

Besicos

Fernando dijo...

puede resultar que no todos valen para eso... pero seguro qeu buscando...

francesca dijo...

Como decía en el post, cuestión de tiempo, ... cuestión de ganas.

g spot stimulation dijo...

Me gusta cuando me toco los pies, meto mis dedos en todos los espacios que encuentro, aprieto, acaricio, nada… Quizás esté más arriba, todo es cuestión de paciencia. Me unto bien de crema y comienzo a dar masajes por las piernas, me detengo en cualquier sitio que tenga la más mínima reacción. Encima de las rodillas, ay, no , eso son cosquillas, en la cara interna de mis muslos, uhmmm, bueno, si subo un poquito parece que es placentero, pero no lo suficiente

 
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