
Acabo de ser tía de una niña preciosa. Una niña buscada, que ha tardado tiempo en llegar, 6 años después de su hermano mayor y con ayuda.
La niña es deseada, supuestamente, pues su madre cuando hablaba de su hijo siempre se refería como "no es igual tener un chico que una chica" dando a entender que una chica era mejor.
La misma madre que a su hijo no le ha dado besos, porque no es necesario, supongo, y hoy su hijo cuando necesita algo ya se ha olvidado de la palabra mamá.
Le han enseñado a su hijo que tiene que ser fuerte y que por lo tanto llorar no sirve de nada, y han conseguido que con muy poquitos años tuviera miedo de todo.
Han sido padres muy exigentes con un niño pequeño, tenía que ser perfecto, a mis ojos ya lo era, pero tanto le han exigido que ahora es un niño difícil, desobediente y respondón. Y es que a veces para que se fijen en uno hay que hacer las cosas mal, así te hablan aunque sea para decirte lo mal que haces las cosas.
Se ha quedado dos días en casa y ha visto como en algún momento he besado o abrazado a mi pareja, tampoco demasiado, en un par de ocasiones y me ha preguntado "tía, ¿porqué tú y el tío os dais besos?". Supongo que el afecto es algo que no hay que mostrar en casa no sea que se acostumbre.
Ahora ha nacido su hermana y he ido a verla al hospital, estaba en el cuco, como la mayoría, pero había una diferencia, ni una sóla vez he visto a la madre mirar a la niña. No ha respondido a ninguna frase típica de "qué guapa es" "se parece a...". Su único elogio ha sido "de momento se está portando" refiriéndose a que no llora demasiado.
Cuando la niña se ha echado a llorar le he ofrecido dársela, y la respuesta ha sido un "no, déjala ahí" así que la he acunado como he podido en su nido y me he despedido con un adios y enhorabuena amargos en los labios.
De su hermano han dicho que ya se acostumbrará que todos los niños tienen hermanos y él no va a ser menos, que lo de tener más cuidado son tonterías de ahora.
Ya están en casa, la niña con la bilirrubina por las nubes con fecha de control, y es que no ha comido mucho que digamos, supongo que es complicado dar de mamar sin tocar a la niña.
No entiendo los años de búsqueda, el esfuerzo en clínicas, las decepciones mes a mes para luego ni mirarla. ¿depresión? tal vez, el tiempo dirá. Lo curioso es que no se le ve tristeza, sólo desapego y frialdad.