domingo, 23 de enero de 2011

Un tiempo y un espacio para mí, para nosotros.


Hace unos días hablaba con alguien sobre la necesidad de encontrar un tiempo y un espacio propios.


El tiempo lógicamente es tiempo, pero el espacio puede ser algo incluso virtual, desde un mp4 que te lleva a otros lugares mientras cierras los ojos y escuchas la música, a un mini ordenador, un sillón, o un banco en el parque.


Decidí buscar ese tiempo y ese espacio y lo encontré, al menos para ese momento, fue la bañera.


Puse la música, mi fiel Noa, apagué las luces, encendí unas cuantas velas, las coloqué en una esquina de la bañera y me sumergí en un baño de espuma bien caliente.


Cerré los ojos y a disfrutar, a relajarme. No pasaron ni tres minutos cuando se acercó mi hijo pequeño, el de 3 años.


Mamá ¿qué haces?.


Me estoy bañando, le respondí.


Su mirada se quedó como adherida a las velas y dijo ¿de donde has sacado eso?


Son velas, las tenía guardadas. ¿Te gustan?


Sin dejar de mirarlas dijo: No..., me quiero bañar contigo. Y se empezó a quitar ropa.


No, no, no, hoy no, otro día sí.


Después de negociar un rato se fue triste y seguí con mi baño.



Ni dos minutos después entra su hermana, 5 añitos.


Mamá ¿qué haces?


Vaya estoy me suena, ... me estoy bañando.


¿De donde has sacado las velas?


Las tenía guardadas. ¿Te gustan?


Quiero bañarme contigo.... y se empezó a quitar la ropa.


No, no, no, no, hoy no, otro día seguro que sí.


Acabé de bañarme con una sonrisa en los labios.

Anoche preparé un baño de espuma, coloqué las velas, esta vez fuera de la bañera, volví a poner a Noa e invité a mis peques a un baño de espuma con velas y música. Fué precioso, menos relajante que otras veces pero me encantó. Yo era un pony verde con flores moradas que tenían poderes. Ella era un pony morado con estrellas blancas y poderes diversos. Luego mi cuerpo servía de mesa mientras una servía un café y el otro lo tomaba. Después eran delfines y yo una sirena.

Lo pasé en grande, fue mi momento, nuestro momento. Hemos quedado en repetir.


6 comentarios:

Ariadna dijo...

Me suena a mi también lo de las interrupciones...
A parte de mamá, también eres persona y mujer. Debes disfrutar de tus propios momentos en privado para poder dar lo mejor de ti cuando tengas ese "público" menudo y especial.

Themila dijo...

Jo, que bonito.
Yo no tengo crios y quizas es por eso que no me suelo tomar ningun baño. Con el estres de los niños "p'arriba y p'abajo" supongo que necesitaría también una desconexión.

Goyo dijo...

Creo que necesito un baño de ese tipo pero sin interrupciones. Lo pondré en práctica.

Francesca dijo...

Hola Caminante, es cierto, eso es lo que estoy haciendo este año, recuperar mi faceta de mujer que dejé olvidada en algún rincón hace tiempo, dar importancia a los sentidos, al cuerpo, al alma y a la mente. Verlos uno, y no dispersarlos como hice también hace tiempo.

Hola Themila y Goyo, animáos claro que sí y luego nos contáis. Os propongo que lo hagáis y nos digáis si había velas, o espuma, qué música, qué olores, qué os hacía sentir ese momento y si no lo queréis contar pues simplemente que lo disfrutéis no una, sino muchas veces que viene de maravilla.

Da igual con niños o sin ellos, tiempo y espacio... es la clave.

Themila dijo...

Ummm... yo cambio el baño por una horita estirada en la cama, con el calefactor al lado a toda potencia mientras leo un libro!! Ese es mi espacio y mi momento... Ainss (me voy a ello ahora mismo!!)
:D

Francesca dijo...

Genial Themila, tu tiempo, tu espacio, tu momento! Un poquito de eso cada día. Besos.

 
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