Una de las cosas que me pone nerviosa es salir con el tiempo justo de casa y que los niños remoloneen y no hagan caso de nada. Como ayer, cuando G., el pequeño de 3 años, se negaba a ponerse el chaleco porque en casa de su abuela ya tenía uno. Llegó un momento en el que las palabras subieron de tono, los gestos se amplificaron y G. decidió que era el mejor momento para arrastrarse por el suelo y no salir de casa. Así que con mal genio le dije que yo me iba, que él se podía quedar. Cuando vió que iba a cerrar la puerta vino tras de mí con su chaleco. Salimos todos y ví como mi hija de 5 años me miraba callada.
G. me dijo que no podía ponerse el chaleco y yo, bastante enfadada, le contesté que se las apañara que yo se lo fui a poner antes y no quiso.
Su hermana "mayor" le ayudó amablemente a ponerle el chaleco con un "enséñame una manita... y ahora la otra... muy bien G."
Cuando llegamos a la calle me dice mi hija, "Mamá ¿sabes una cosa?", "qué? cariño" le respondí, "creo que deberías controlar tu genio" sentenció muy seria, "no puede ser que G. salga todos los días de casa llorando".
Casi me da algo... lo primero que pensé fue... "tú, quien seas, sal de su cuerpo".
El caso es que tenía más razón que un santo y su forma de decirlo y el momento fueron realmente impecables y más teniendo en cuenta que tiene 5 años recién cumplidos.
Me quedé pensativa y le dije "tienes razón, yo prometo moderar mi genio, pero vosotros tenéis que hacer caso a la primera o al menos a la segunda" y complacida se puso a contarme una historia de Bob Esponja y Patricio.
Tacto, delicadeza, congruencia, sentido común, saber estar... vaya ejemplo.
Al final no debo de estar haciéndolo tan mal como pensaba, aunque a veces gaste mal genio.
G. me dijo que no podía ponerse el chaleco y yo, bastante enfadada, le contesté que se las apañara que yo se lo fui a poner antes y no quiso.
Su hermana "mayor" le ayudó amablemente a ponerle el chaleco con un "enséñame una manita... y ahora la otra... muy bien G."
Cuando llegamos a la calle me dice mi hija, "Mamá ¿sabes una cosa?", "qué? cariño" le respondí, "creo que deberías controlar tu genio" sentenció muy seria, "no puede ser que G. salga todos los días de casa llorando".
Casi me da algo... lo primero que pensé fue... "tú, quien seas, sal de su cuerpo".
El caso es que tenía más razón que un santo y su forma de decirlo y el momento fueron realmente impecables y más teniendo en cuenta que tiene 5 años recién cumplidos.
Me quedé pensativa y le dije "tienes razón, yo prometo moderar mi genio, pero vosotros tenéis que hacer caso a la primera o al menos a la segunda" y complacida se puso a contarme una historia de Bob Esponja y Patricio.
Tacto, delicadeza, congruencia, sentido común, saber estar... vaya ejemplo.
Al final no debo de estar haciéndolo tan mal como pensaba, aunque a veces gaste mal genio.
4 comentarios:
Efectivamente, algo estás haciendo bien... en cualquier caso, todas las madres tienen un arranque de mal genio de vez en cuando; si no, no seríais madres. Lo que estás haciendo se llama educar. Puedes estar orgullosa... (ahora, te digo, a mí se me hubiera caído un lagrimón ante la sabiduría de tu niña). Un beso.
Pa' qué narices hará falta un chaleco...
Voy a hacer frente común con G.
Algo que ayuda es repetirse en voz baja en mitad de una bronca "Yo soy el adulto, yo soy el adulto, yo soy el adulto..." Ah y empezar antes de que sea tarde a arreglarse, aunque luego pasen 5 minutos sudando con el abrigo je je je
Fantástica la reacción de la niña. Yo no sé qué haría en una situación así. Puede que me riera. Si no te importa te cuento una pequeña historia. Cuando yo tenía 6 ó 7 años, una Nochevieja se me ocurrió beber parte del champán que había en una copa aprovechando que mis padres estaban despistados. Cuando terminé, sólo se me ocurrió decir: 'Dios, cómo me estimula a mí esto'. Te puedes imaginar la cara que se le quedó a mis padres.
CMQ realmente me quedé que se me caía la baba, las lagrimillas las contuve y me sentí la mujer más feliz del universo.
Athena, creo que voy a aplicar tu consejo, con los pequeños y con algunos mayores. Practico "yo soy la adulta, yo soy la adulta, yo soy la adulta...." funciona!
Goyo, genial tu salida, creo que puedo ver el gesto de tus padres y las neuronas saltándo por el mantel, los niños son geniales.
Besos a todos.
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