Al lado derecho de mi cama, tomándolo desde la posición de dormir, existe un agujero negro, un triángulo de las bermudas, donde todo lo que cae durante la noche o antes de acostarme y no recojo a tiempo desaparece.
Al lado izquierdo, a mi izquierda, está el polo, frío, lejano, árido, un lugar donde hay que echarle ganas para ir a visitarlo y mucho más para vivir en él, pero este lado lo dejaré para otro día.
Volviendo a mi lado derecho, ya he perdido varias cosas de diferentes tamaños, desde un cochecito de juguete metálico, a un trozo de tela de un palmo de longitud, pasando por pendientes y quien sabe qué más.
Miro debajo de la cama pero no hayo lo que pierdo, se debe esconder en algún lado del canapé.
He llegado a pensar que quizás algún día me levante y al ir a poner el pie en el suelo esa negrura me absorba y me lleve a otro lugar, donde encontraré el resto de mis cosas. Me he preguntado si al desaparecer realmente estaré escondida en algún lugar debajo de mi cama esperando a ser absorbida por el aspirador, pero no me ha motivado mucho el final tan polvoriento y con tantas pelusas.
Finalmente hoy he decidido que me importa un pimiento, un tomate y una lechuga si las cosas que caen por ese lado se pierden pero que yo no voy a desaparecer como si nada en ese lugar sin nombre.
Después de una semana de oscuridad he descorrido las cortinas, levantado las persianas y abierto la ventana, y no me he abalanzado sobre las copas secas de los árboles que hay abajo, porque aunque he descubierto que puedo volar no es ese tipo de vuelo y una no está para hacer experimentos arriesgados.
He mirado un poquito más lejos del ahora, dos años, cuatro tal vez y he soñado, pero esta vez con los ojos abiertos y los pies en el suelo, que volaba, que mi cuerpo era ligero y la energía que lo recorría limpia y brillante, capaz de llegar hasta el confín de mis posibilidades.
Y con esto me despido por hoy. Me voy a soñar un ratito más, a ver hasta donde puedo llegar y mañana decidiré lo que hago para conseguirlo. Buenas noches a todos.
3 comentarios:
Creo que no he podido comenzar mejor la mañana que leyendo lo que has escrito. Sigue soñando.
Hiciste bien en desistir buscar las cosas una y otra vez. Hiciste bien en abrir la ventana para que entrara la luz, y haces bien en soñar si eso te hace sentir bien.
Buenos días...
Hola Goyo y Logan y Lory, muchas gracias por pasaros por aquí y comentar. Besos.
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